De la nada vuelves a mí, como si te hubiese invocado, para que salieses de tus tinieblas, con tu insoportable escencia, me atraes hacia tí, como que lo hubiese deseado, tal cual hize tiempo atrás, te lloré lo que no pude llorar, y esta vez me toca a mi, porque es mi tiempo mi espacio y mi cuerpo, sin embargo mi voluntad de un momento a otro se ha tornado tuya, maldito demonio de aspecto traicionero. Vuelan a mi mente los recuerdos, recuerdos de un pasado que blasfemaba prosperidad, entonces te encuentro, o más bien vuelves a tomar gran parte de mis ensoñaciones, tú, si tú, enterna falacia de existencia vanal, ente egoista y rastrero el cual con un esbozo me hace caer por quincuagésima vez a sus pies, robando todo prospecto de futuro inciertamente progresivo.
Cuando estás, te repugno, pero cuando me faltas te pienso y sueño, sí, mi mente aun se permite soñarte, la muy masoquista... y soñarnos a ambos, soñar un futuro en el que tu toques mi puerta pidiendo perdón, pero como escuché por ahí, los sueños..sueños son.
Mi cuerpo clama tu nombre, pero sin embargo mi mente lo condena a sacar fuerzas de flaqueza... es lo que me queda, y lucha una vez más, porque si puedo, porque el amor a mi misma es más grande a mi deseo por ti.
es un fragmento de una historia que nunca acabé-.
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