El dolor en las entrañas le hacía retorcerse cual babosa a la que le arrojas sal de manera cruel cuando eres niño en un día caluroso de ocio.
Y se sentía inútil, usado, utilizado, una confusión de sentimientos, muchas cosas en su mente...pensaba, pensaba, volvía a pensar...y ahí estaba de nuevo, el maldito dolor en las entrañas...deseó tantas cosas, una de ellas era el ser un ente sin sentimientos, para no poder sentir el dolor físico, ni tampoco la tortura psicológica que había armado para si mismo.
Vino sin previo aviso, así, como siempre viene, pero esta vez de forma distinta, muy doloroso y letal, peor que muchas veces, y ahora, además lo acompañaba el remordimiento mental.
Nunca había deseado grandes cosas, sabía que en realidad no se las merecía...era un pobre diablo, su existencia era banal, sin importancia... eso creía, aunque muchos le dijeran lo contrario.
Duele, Duele, Duele, vuelve a doler, repetía en voz bajita, mientras la tortura continuaba...las lágrimas caían de sus mejillas, pero no por pena...no era una pena de lo que le ocurría en ese momento, si no por si mismo.
se encontraba una vez más en su laberinto de incertidumbre y confusión.
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